SAINT JAMES, empresa certificada Patrimonio Vivo Francés
La etiqueta Empresa del Patrimonio Vivo la conceden los prefectos regionales. El examen de las solicitudes lo realiza la Agencia Francesa de la Artesanía y el Patrimonio Vivo, bajo la supervisión de un comité de expertos.
La empresa debe poseer activos económicos específicos. Debe poseer equipos, herramientas o máquinas de técnicas poco comunes y/o derechos de propiedad industrial y/o ejecutar un proceso activo de creación e innovación.
La empresa que también debe poseer conocimientos técnicos poco comunes, dominar técnicas de fabricacióntradicionales o muy técnicas, y/o formar internamente a los empleados, en particular a los aprendices, en una experiencia que no es accesible en el curso clásico del sector.
En el caso de SAINT JAMES, la etiqueta se concedió para reconocer la profesión de las raccoutreuses, también conocidas como expertas en remiendos, y que emplean a trabajadores que poseen colectivamente un excelente savoir-faire, incluida una dimensión creativa o innovadora.
Por último, la empresa debe llevarestablecidadurante mucho tiempo en el mismo territorio geográfico y/o tener un nombre o marca conocidos, y/o llevar a cabo un enfoque de responsabilidad social.
Diferentes sectores de actividad pueden solicitar el sello de Empresa del Patrimonio Vivo, incluyendo oficios como la industria, la gastronomía, las artes y el sector cultural.
SAINT JAMES obtuvo la etiqueta de Empresa del Patrimonio Vivo en 2012. Heredera de la primera hilandería fundada en la ciudad de Saint-James en 1850 por Léon Legallais, la empresa está implantada en la región desde hace más de 130 años, cumpliendo así uno de los criterios exigidos para obtener el sello.
El saber hacer único desarrollado por todos los artesanos que trabajan en la empresa sirve para fabricar cada día productos de calidad, con un altísimo nivel de cuidado.
SAINT JAMES emplea para la confección de sus prendas a tejedoras, costureras y costureras con una gran pericia, que a veces sólo es posible adquirir internamente, tras una formación de casi dos años en particular para el oficio de raccoutrage. El remeshing, o remaillage, es también una habilidad artesanal específica del tejido de punto que define a la marca.
De este modo, la empresa permite que estos conocimientos poco comunes den vida a productos excepcionales y sigan existiendo en Francia y a escala internacional.
Esta distinción, Entreprise du Patrimoine Vivant, y estas tres letras, EPV, resumen perfectamente la identidad, la historia y la razón de ser de SAINT JAMES.
" E" de empresa, pero también de equipo ("Equipage" en francés): todos los miembros de este equipo, todas las personas que trabajan cada día para la empresa SAINT JAMES, están unidos por una visión, unos valores y un patrimonio compartidos.
"P" de patrimonio ("Patrimoine" en francés), para designar a la vez el saber hacer y las competencias interpersonales de una empresa que, en más de siglo y medio, nunca ha renunciado a la autenticidad y a la exigencia.
"V", por último, de vida ("Vie" en francés), porque la marca SAINT JAMES está en constante movimiento, combinando patrimonio y creatividad, legado y modernidad.