Nuestra lana
La lana que se teje en nuestros talleres procede de Australia, Nueva Zelanda y Sudamérica. Es exclusivamente pura lana nueva, lo que significa que procede directamente del esquileo de ovejas sanas y vivas. La lana de calidad inferior, que no utilizamos, se recupera del vellón de animales sacrificados.
Lalana cruda, recogida durante el esquileo, sigue siendo grasienta al tacto debido a la grasa que segrega la piel de las ovejas. Por lo tanto, debe ser lavada. Entre la lana cruda y la lana limpia, se pierde aproximadamente un 40%. Así, para 1 kg de lana limpia, se necesitan 1,8 kg de lana cruda.
La lana se lava, con lo que se eliminan los aceites, el polvo, la tierra y los restos vegetales que aún contiene. El siguiente paso es el cardado, que consiste en desenredar la lana con una herramienta llamada carda.
Una vez cardada, la lana se libera de los mayores residuos vegetales. La etapa de peinado permite extraer la contaminación más fina. A continuación, el hilo sale en forma de cintas, que luego se tiñen.
Se utilizan dos técnicas diferentes para teñir la lana. Si la cantidad de lana es al menos igual a 1.000 libras, las cintas se sumergen directamente en grandes tanques de tinte. Si la cantidad es menor, el hilo se hila primero y luego se enrolla en conos antes de ser teñido.
La lana utilizada para las prendas de Saint James se hila en Europa, principalmente en hilanderías italianas. Llega a nuestros talleres en forma de conos. La calidad del hilo es controlada meticulosamente por los tejedores, que la utilizan para alimentar las máquinas de punto.
La lana se almacena en nuestros talleres en condiciones estrictas, con niveles de humedad y temperatura constantes.
En 2020, Saint James se unió al colectivo francés Tricolore. Esta organización tiene como objetivo promover y reconstruir la industria francesa de la lana, desde el esquilado de las ovejas hasta el tejido de punto, pasando por las distintas etapas de lavado, cardado, peinado e hilado. Para celebrar esta iniciativa se lanzaron dos estilos, un jersey marinero para hombre y un jersey bretón para mujer, con la colección Primavera-Verano 2021.
La producción de un jersey Matelot requiere nada menos que 23 yardas de lana. Eso significa que con el vellón de una oveja se pueden hacer 3 jerséis Matelot.
Una vez terminado, el jersey pesa 2 libras y habrá pasado por 18 etapas de preparación, desde el tejido hasta el embalaje.
La lana se teje primero en paneles por los telares, cuya configuración y supervisión corren a cargo de los maestros tejedores. Una vez tejidos, los paneles se cuecen al vapor para garantizar su estabilización, excepto en el caso del auténtico jersey Matelot, cuya estabilización material se consigue aplanando los paneles en bastidores durante 72 horas.
Después llega el momento de cortar siguiendo los patrones y, a continuación, el montaje de los paneles. Las costureras cosen, sobrehilan y remallan las bandas abotonadas y el cuello. También colocan las etiquetas, el escudo y el logotipo de SAINT JAMES.
A continuación, el jersey pasa por el Control de Calidad. En caso de defecto, por pequeño que sea, la prenda se envía al taller de remiendos / raccoutrage, donde se realizan las modificaciones necesarias. Se colocan los botones y ojales, se plancha el jersey y, por último, se mete en una bolsa. Ya está listo para ser enviado.
Como la mayoría de las prendas de lana fabricadas en nuestros talleres, el jersey Matelot cuenta con el certificado Woolmark. Este certificado atestigua que ha sido tejido con pura lana virgen que representa el 100% de la composición de la prenda, sin mezclar con fibras de menor calidad.
Utilizamos tradicionalmente lana merina, obtenida del esquileo de ovejas merinas, criadas principalmente en Australia, Nueva Zelanda y Sudamérica. Es una fibra excepcionalmente suave y flexible, tan elástica como resistente.
Tiene propiedades termorreguladoras: es aislante a la vez que transpirable, lo que permite retener el calor corporal en invierno sin sudar en cuanto llegan los días soleados.
Al igual que otras lanas nuevas y puras, la lana Merino puede absorber hasta un 30% de su peso en agua sin que se moje al tacto. Esta característica, que los marineros han probado especialmente, también permite que la lana se seque rápidamente. De ahí la fama de jersey casi impermeable.
También utilizamos cachemira para algunos de nuestros diseños en combinación con otras fibras. Esta fibra increíblemente suave procede de la capa inferior de las cabras de cachemira. Es tan fina que se necesitan miles para hacer un hilo. La cachemira pesa diez veces menos que la lana, y además es más aislante y cálida.
En primer lugar, asegúrate de que el modelo que tienes se puede lavar a máquina. Si es así, selecciona un programa específico para lana en tu lavadora, a 30 °C (la cachemira no debe lavarse a más de 30 °C). Utiliza un detergente sin cloro.
Si su lavadora no dispone de un ajuste específico para lana, ajuste la temperatura a un máximo de 30 ºC y el centrifugado a 400 ó 500 RPM.
Una vez lavada, la prenda de lana debe ponerse a secar en plano. Si la cuelgas de un tendedero, puede deformarse por el peso del agua y no recuperar su forma original.
Puede plancharlo con vapor o utilizar la posición 2 de su plancha con un paño húmedo entre la plancha y la prenda para plancharlo en seco.
